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domingo, 14 de septiembre de 2014

poemas 3ro y 4to


SEÑORA CONCIENCIA        4to varones
¿Por qué me atormentas señora conciencia?
¿Por qué me recuerdas cosas tan amargas, tan tristes y negras?
Llorando en silencio sus lágrimas blancas.
¿Por qué por las noches cuando todos duermen?
-¡Usted me despierta con los aguijones de oscuros recuerdos!
¿Por qué se solaza sabiéndome enfermo? –
Enfermo del alma señora conciencia.
¿Por qué cuando callo usted me grita al oído?
– ¡Aún la recuerdas! Y si acaso grito para no escucharla
Usted me repite bajito, bajito:
– bebe tu tristeza.
Y bien sabes señora conciencia que mi vino es triste de tanto buscarla. De tanto llamarla me embriago de luna y no hallo ninguna capaz de igualarla.
Yo la quise mucho señora conciencia, la quise con ansias tan desesperadas que al partir la estrella se quedó mi cielo vacío y oscuro sin sueños ni nada.
Si huelo el pañuelo que me dio una tarde, siento su perfume de piel de alborada.
Si miro una rosa contemplo su boca y hasta me imagino que aún es mi amada.
¡Vago por las calles tristes desoladas y asisto al convite de mis funerales y me veo muerto de amor serio y quieto con esa soledad de caras demacradas que escuchan en silencio lo que la gente calla… Y sin embargo piensa… ¡y el corazón estalla en una horrenda eclosión de lágrimas y rabia, de rabia si señora, de rabia ilimitada de horizontes de amor que se han cubierto de niebla sin dejarme nada, nada que no sea este dolor, esta rabia, esta ansiedad de ser feliz a toda costa, esta búsqueda inútil en mi alma, donde una herida angosta sangra… y no me queda nada!

¿Por qué me atormentas… señora conciencia?
-¡No se da usted cuenta que me está matando, no se da usted cuenta que vivo llorando sus lágrimas blancas, que olvide la risa cuando el aire pasa!
Y a cambio de todo tal vez de mi alma, en vez de olvidarla reclamo ¡venganza!
Ya sé… no es cristiano buscar la revancha. Tampoco es humano vender la esperanza de un hombre que un día pretendió ser niño, y ofreció el cariño en cáliz de plata.

Fue misa pagana su amor en mis labios, fue un triste pecado su beso de flama.
Y a cambio de todo no me queda nada que no sea el llanto que moja mi almohada.
¡Por Dios… no me acuse señora conciencia, que el dolor que siento se vuelve palabra y entonces maldigo con todas mis ansia la tarde en que ella se volvió distancia!
Pero usted no sede señora conciencia, usted es implacable, usted es tan adusta de severidad que afuera condena ¡goza en el martirio de mi soledad!
Pues si…, si. Yo la amaba… la amaba, como a nadie nunca tal vez amaré, con la fuerza viva del hombre que sueña, igual despertarme cuando no la hallé.
Por eso le ruego señora conciencia, que no me atormente, que pueda olvidarla tal vez para siempre, que una noche de estas no la piense más. Pero usted no entiende señora conciencia, es inexorable como una obsesión.
Por eso si intento quizás olvidarla, usted la señala sobre el corazón ¡y todo es inútil, inútil… inútil el sueño de quererla tanto, inútil el llanto de mi soledad. Martirio del hombre que creyó ser niño y entregó el cariño por una verdad!


Nicomedes Santa Cruz


¡AY MAMA!     4to  mujeres

¡Ay mama,
si tú me vieras...
Estoy perdido en Brasil
Entre cimbreantes palmeras!
Palmeras de talle largo,
Palmas mulatas
Endulzan mi paso amargo
Y alegran mis caminatas.

¡Ay mama,
si tú me vieras...!
Me muero al verlas venir,
Me mata verlas pasar.
No sé si debo reír
O llorar.

¡Ay mama...!¿
A la sombra de una palma
Quise librarme del sol,
Quise libarme del sol
Y me estoy quemando el alma...

Estoy perdido en Brasil
Entre cimbreantes palmeras.
¡Ay mama,
si tú me vieras,
si tú me vieras,
si tú me vieras...!
¡Ay mama!





Estudiante               tercero  columna desde donde se siente Luz Deudor
Estudiante, que empapas la mente
en ideas de maestros
 

que tiran, palabras al viento
para que recojas
 
La enseñanza del cielo.
Estudiante, que dedicas
 
tu tiempo al estudio
 
sembrando el destino
 
para la cosecha del futuro…
pero la decepción de estudiantes
que no luchan
 
se miran, bajo la sombra de la luna
 
en la ciudad, de la piedad
 
donde las personas
 
limpian el sudor
 
de letras intestadas, de combatir
contra una mente cerrada
 
llena de ambiciones y miedos…
 
pero has de llegar ha casa
cansado de “estudiar”,
 
y te recuestas en el sillón
con una almohada
 
frente a la tele.
 
Pensando mil tonterías,
 
como tomar de noche
 
y si se puede estudiar de día…
 
así has de vivir
estudiante, que todo lo sabe
y nada lo puede,
 
eres como la lluvia
 
que cae y cae sin avisar
 
pero al mantener en calma
 
el deseo de luchar y triunfar
 
tiras al viento el alma
 
y recoges del mar, la mente
 
esa mente, perdida en pensamientos
 que viajan al cielo y no al momento…
 
pero no te rindas lucha
 
lucha contra la mustia flojera
 
haz lo que siempre has deseado ser
una persona con valores
despierta tu dignidad
 
y no te rindas, estudia… Estudiante


Nicanor Parra
El Hombre Imaginario             3ro  columna central 

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario


EL OLVIDO DE LOS AÑOS      3ro opcional cualquier columna

En medio de mis olvidos
se me presenta la imagen
de aquella tarde sombría
cuando escuche la promesa
de que pronto volverían.
Y vi sus pasos marcharse
allá por las cuatro esquinas
y volví, volví mis ojos, con la mirada perdida
por los años que te roban
el color de las pupilas.
Hoy tengo una nueva cama,
y tal vez nuevas amigas,
tengo un ventanal enorme
y un jardín lleno de ortigas,
una enfermera que vela
la hora de las noticias
mientras yo, clamando ayuda,
sigo en el piso tendida
esperando que una mano
venga y se llame “familia”.
Me golpean los recuerdos
crueles, metálicos, fríos.
Ahora son lentos mis pasos
y lejanas mis historias.
Se han perdido mis ayeres,
los vuelos de mis vestidos
han coleccionado polvo
y cenizas del olvido.
Hoy busco en mi mente inquieta:
la hora de las pastillas
el cumpleaños de mi nieta,
y cada evento ordinario
es una fecha imposible
de hallar en mi calendario.
Inexorable es la partida del ayer,
es una sombra inalcanzable
con manos gigantes que me dicen adiós...
Soy tan sólo ese triste estorbo
que finalmente lograron evadir
...me arrincono contra esos muros
inclementes, y desesperanzados,
de este muelle donde encallan
mis últimas ilusiones.
Ya no me quedan victorias
…¡la vida como premio me coronó con el olvido!






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